Tutankhamon es un tesoro entre los fenotipos fotoperiódicos, emergiendo místicamente de las profundidades genéticas de AK-47, como una joya encontrada en la tumba del faraón más famoso. Esta cepa compacta pero ramificada es un verdadero artefacto de la cultura del cannabis, adornada con innumerables cogollos cubiertos de resina, como adornos dorados en la momia de Tutankhamon. Tutankhamon supera las expectativas con su alta productividad y facilidad de cultivo, al igual que el gran faraón superó su época, dejando tras de sí un rico legado.
Con predominio de sativa, esta cepa revela un sabor cítrico moderadamente intenso, llevando a un efecto claro y duradero que envía al usuario en un viaje a través del tiempo, donde la mente reina sobre el cuerpo. En algunas pruebas, Tutankhamon exhibe uno de los niveles más altos de THC en el mercado, alcanzando más del 30% – una cifra digna de un verdadero faraón entre las cepas de cannabis.