-Tomate tu tiempo para regar. Hazlo lento y pausado, con amor. Simula ser la lluvia, donde el cielo primero se nubla, luego una leve llovizna comienza a caer, avisándole a la planta que se aproxima su hidratación, que debe prepararse para el mágico momento. Al regar de forma rápida y bruzca las raíces sufren un shock hídrico, el sustrato se compacta, el agua se pierde por los bordes de la maceta dejando las raíces secas por dentro y matándolas por deshidratación, ya que el agua no tiene tiempo para penetrar de forma homogénea las particlas que conforman el sustrato.
-Regar y NO volver a regar hasta que nuestros ojos vean que al menos el primer centímetro de superficie del sustrato se haya secado, sino habrá probabilidades de proliferación de patógenos y asfixia a las raíces (hipoxia)
-No regar en exceso y con demasiada frecuencia, asi como tampoco nunca dejar que el suelo se seque completamente. Cuando la planta es chiquita agradece riegos escasos pero muy frecuentes y durante su etapa vegetativa adulta todo lo contrario, agradece riegos abundantes pero espaciados entre si.
-Regar de forma lenta y suave, tal como lo hace la lluvia en la selva y el bosque. Si regamos de golpe, no solo generaremos un shock negativo a las raíces y a la microvida que habita alrededor (la rizosfera), sino que además compactaremos el sustrato y no humedeceremos de forma homogénea y completa el sustrato, sino todo lo contrario, quedara seco por dentro ya que el agua se escurrirá por los bordes internos de la maceta.
BREVES CONSEJOS SOBRE TRANSPLATE:
-Realizar el proceso de forma suave, sin dañar raíces ni movimientos bruscos.
-No compactar el suelo con nuestras manos luego del transplante para que el oxigeno pueda ingresar al suelo y ser utilizado por las raíces en un momento tan estresante y delicado como lo es un transplante
-Realizar un riego generoso, abundante, SUAVE y homogéneo luego del transplante, para que las raíces se afirmen y asienten a su nuevo medio y para eliminar posibles bolsas de aire que hayan quedado entre las raíces y el agujero del transplante.
-Utilizar agua sin cloro, con ph en 6 aprox y con agua a temperatura ambiente, NUNCA agua fría, menos aun en invierno, por el contrario, en invierno agradecerán agua tibiecita, tanto en transplantes como en los riegos cotidianos.
-Aplicar micorrizas en polvo en el cepellón de raíces y en el agujero justo antes de transplantar y en TODOS los transplantes que vayamos a realizar. Tambien podemos utilizar micorrizas liquidas, pero en lo personal aconsejo las que son en polvo.
-Si cultivamos en exterior, no exponer la planta a sol directo los próximos días luego del transplante, particularmente si estamos en el caluroso verano. Los transplantes estresan un poquito a las plantas y les dificulta la absorción de agua momentáneamente hasta que las raíces se adapten a su nuevo medio. Si exponemos una planta a sol directo luego del transplante y vemos que se pone triste y caiducha será mejor sacarla del sol y dejarla a la sombra para que se adapte por unos días en un entorno mas relajado y con menos demanda de agua.
-“No es lo mismo fertilizar en suelo directo que fertilizar en maceta, donde todo es mas limitado y las raíces podrían sufrir rápidamente una acumulación o exceso de sales”
-“En tus primeras experiencias no te compliques, utiliza un fertilizante para vegetativo y luego otro para floración”
-“En lo posible utiliza fertilizantes diseñados para cannabis que ofrecen growshop y no aquellos de vivero y dudosa procedencia”
-“Reemplaza los fertilizantes líquidos por enmiendas orgánicas y microorganismos eficientes y conocerás el verdadero potencial genético del cannabis”
-“Si buscas el mejor sabor y aroma del cannabis debes saber que los fertilizantes minerales a base de sales, hidrocarburos y petrosales afectan y alteran negativamente estas propiedades organolépticas de la flor, además de que no son amigables con el medioambiente ni con la salud de quien lo consume”
-“Controla los factores indispensables de la germinación y todo marchará bien”
-“No te compliques, para germinar simplemente entierra la semilla en sustrato para cannabis en una maceta de al menos 20 cm de altura y luego mantén suavemente húmedo y no encharcado. En cuestión de días verás que la planta asomara en la superficie”.
La vida vegetal nace con la germinación de la semilla, que contiene dentro una planta viva pero en estado latente, como dormida. Esa planta se “despierta” cuando se combinan temperaturas cálidas y una alta humedad. La semilla absorbe el agua y esta se hincha y comienzan a activarse los procesos de la maravillosa germinación. Luego el cascarón que recubre la planta dentro se abre y aparece la pequeña raíz principal, que es la que en el suelo buscara profundidad para anclar a la planta y que se no se tumbre con el viento. Al mismo tiempo que esa raíz principal va penetrando el suelo hacia abajo va empujando hacia arriba los cotiledones (hojas) que están dentro de la semilla.
Estos cotiledones son esas dos primeras hojas redondas, también conocidas como hojas falsas y son muy muy importantes porque en ellas esta el alimento de reserva que está utilizando la semilla y la planta en esos primeros días de vida para vivir y no morir. Luego de los cotiledones comienza a crecer el primer par de hojas verdaderas, que son hojas de un solo folíolo.
Después viene el segundo par de hojas que tendrá tres folíolos y luego el tercer par de hojas tendrá cinco folíolos y así sucesivamente. Según la variedad, las hojas pueden llegar a tener entre 7 y 13 folíolos.
Los folíolos son esas puntas de la chala, de la hoja, los triángulos que le dan la forma a la característica y popular hoja de chala del cannabis.